viernes, 25 de octubre de 2013

Casualidades las justas...


Cuando mi hija mayor nació estuvo en la incubadora 24 horas. Un año después, ese misma día, pedía  con una amigdalitis, los brazos que aquel primer día estrenado no pudo tener.

Cuando me realizaron una prueba médica en verano, me prohibieron la lactancia las primeras 24 horas (que por cierto, fue una indicación médica incorrecta). Llantos, desazón... Tres meses después, la noche anterior a la repetición de la misma prueba médica, me encuentro con una obstrucción de un conducto en el pecho izquierdo.

¿Casualidades? Las justas. O al menos cada vez lo creo más así. 
Dos simples ejemplos pero es que cada vez siento más, que la enfermedad es vía de expresión de las emociones.

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