jueves, 7 de noviembre de 2013

Donde quiera que estés...


Sólo la vi una vez, la primavera pasada. Me presenté. Me pareció una mujer muy guapa.

Ayer se marchó y debe de haberse ido a un lugar precioso, porque los que me han contado su historia -una historia de respeto por la naturaleza en su totalidad- me han hablado de belleza, de entrega y en definitiva de AMOR.

Sin conocerla, no he podido dejar de sentir dolor. El dolor de imaginar a unos padres rotos ante el hecho antinatural de vivir la muerte de una hija; el dolor de imaginar a un compañero con un proyecto de pareja interrumpido; el dolor de imaginar a unos hijos que ya no podrán ser maternados... El dolor de imaginar muchas preguntas sin respuesta ante lo incomprensible, lo ilógico, lo brutal...

Montse, mujer, madre, compañera, amiga... Donde quiera que estés, te envío estas palabras de recuerdo.

2 comentarios:

  1. Tenía un blog, con un título así de bonito: "Del apego y la alegría", no sé si lo conoces http://montsegomezmunoz.blogspot.com.es/
    Un besazo

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